Two years since the revolution

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Azar o destino.

Era una noche despejada. De esas que invitan a mirar las estrellas y a olvidar las penas. Ella buscaba en su biblioteca ese libro que quería leer desde hace algunos días. Lo encontró al lado de una novela policial e inmediatamente le quitó el polvo que tenía la cubierta. Cuando lo abrió, cayó intempestivamente una entrada de cine. Y comenzó a recordar. Esa película fue la última que vieron juntos Hacía meses que no hablaba con él. Casi que lo había borrado de su mente. Pero son esas cosas del azar o del destino que cada tanto resurgen.

El preparaba a toda prisa la valija para el viaje que tenía que emprender en unas horas. Había dejado todo para último momento. Siempre hacía lo mismo. Y también siempre repetía que lo tenía que hacer con más anticipación. Chequeó toda la documentación que tenía y partió hacia el aeropuerto. Cuando estaba sentado en el sector de embarque de su vuelo, escuchó que por altoparlante llamaban a algunas personas. Y ahí oyó su nombre. No, no era ella. Tenía el mismo nombre. Su imagen se le cruzó fugazmente y estuvo a punto de escribirle un mensaje.

Mientras tanto ella leía pero no podía concentrarse en el relato. Agarró su teléfono que estaba en la mesita de luz y se quedó algunos minutos mirando la pantalla negra. No sabía bien que estaba haciendo o mejor dicho que iba a hacer.

El continuaba sentado en esa butaca incómoda. No veía la hora de estar ya en el avión y poder dormir algunas horas. Guardo el teléfono en la mochila y se dispuso a caminar algunos minutos.

00:30 am. Ella estaba recostada en una silla en el balcón. Él estaba sentado en su butaca en el avión.

Ella ve a lo lejos una lucecita que centelleaba. No era una, eran muchas. Se da cuenta que era un avión. Era inusual que atravesarán el cielo por arriba de su balcón. Lo siguió con la mirada hasta que desapareció en la espesura de la noche.

Ninguno de los dos sabía que a muchísimos kilómetros de altura esa misma noche se habían cruzado. Azar, destino, casualidad o causalidad. Cada uno le otorga la explicación que quiere. O la que puede.

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